lunes, 12 de octubre de 2015

De la fiesta del 12 de octubre

De la fiesta del 12 de octubre
(es probable que políticamente incorrecto)

Soy española.
Ni orgullo ni vergüenza en ello.
No hice méritos.
Ni concurso ni oposición -ni ninguna otra prueba de acceso-.
Me parieron aquí -difícil cualquier otra opción, una vez que mi abuelo decidió no firmar el permiso para que mi padre entonces menor de edad a los 20 pudiera conseguir un pasaporte con el que aceptar un contrato de trabajo en Alemania: "hijo, para trabajar no hace falta irse tan lejos"-.
En lo que se refiere al pasado de este país: Como en toda historia, en cualquier vida, mucho de todo: bueno, malo, original, interesante y sobre todo vulgar, anodino. Como mujer, además, tengo poco respeto a las tradiciones -pocas no nos marginan, casi ninguna nos incluye-.
En lo que se refiere a la esquilmación histórica de otros territorios: Juzgar desde hoy me parece injusto y petulante -además, desde aquí se sigue esquilmando-. (Aún así, desde mi lego análisis, no llevamos nada que no tuviéramos, que no sufriéramos. Yo no estaba, y mis ancestros eran tan pobres y sufrían la misma explotación que sufrieron allende los mares. )

Me avergüenzo, eso sí, del hoy de este país, pero también del de todo este mundo en el que vivo: Tanto saber almacenado para que la mediocridad campe recompensada a sus anchas.Tantos medios para estar más aislados muchas veces que lo que lo estaban antes. Tanta hermandad -organizada y de las otras- para que la crueldad triunfe, para que la solidaridad sea sólo un lema. Tanta tecnología para perder vida, tiempo, derechos. Tanto conocimiento para comprar a crédito motos que rechazaron nuestros abuelos.

Así que, -sigo entendiendo que para los seres humanos es importante la pertenencia a grupos- para quién lo celebre por aquí, feliz día de la fiesta nacional de España, y para quiénes -como mucha gente que conocí allí, y en buena proporción descendientes de indígenas de lo que se conoce como Iberoamérica- lo celebre hoy por ejemplo en EEUU para levantar la cabeza como diferente no inferior, feliz día de la Hispanidad.
Para quién no, al menos no hay que madrugar -quienes, no tantos, tenemos trabajo, y "regular", de los de respetar las fiestas-.
Para todas las personas que reconocen en el castellano, en el español su patria -la lengua, eso que nos construye, que construye nuestro pensamiento, nuestro espacio-, feliz día en común.
Y si se trata de celebrar el día de la raza -que me disculpen los muy animalistas por especista-, feliz día de la raza humana, que éste sea nuestro mejor día, nuestro mejor año, hasta el siguiente.